La protesta

Pensó que desnudarse en mitad de la calle era una buena forma de protesta. Solo consiguió un puñado de miradas lujuriosas sobre su piel pálida, algún que otro desprecio, una fotografía a todo color en el periódico local, unos días de fama efímera, un buen resfriado y una denuncia por escándalo público.

Víctor M. Jiménez Andrada.
Publicado en AVP 16/4/2012
Ilustación: Desnudo frente el espejo. Juan Jose Ivars Bertomeu

  

Una pompa de jabón

La pompa de jabón se desplazó suave y temblorosa a un par de metros del suelo. El hombre pudo distinguir sobre la superficie jabonosa el reflejo de su rostro. En un instante, él desapareció sin dejar rastro, pero su imagen quedó atrapada para siempre en la delicada burbuja.

Víctor M. Jiménez Andrada.
Publicado en AVP 16/4/2012.
Ilustración: Vicens Tort Arnau

Reinos frágiles

 
Se sentía poderosa y temida. Sus deseos eran órdenes para los súbditos. Pero su reino era minúsculo, casi ridículo, y bastó un suspiro de mariposa para derrumbar el palacio que se había hecho construir sobre pilares de cristal.
  
Víctor M. Jiménez Andrada. 
Publicado en AVP 19/3/2012
Ilustración: Trasnformaciones-Alcón peregrino. Adriana Gutiérrez

Abril

Cuando abril salpica el aire del aroma de las flores y de los versos escritos por los viejos poetas, en mi cabeza se confunden los años e irremediablemente viajo a otra primavera que yace enterrada bajo un montón de hojas amarillas de calendario.
La esencia de ahora y la de antes no es la misma, pero de alguna forma se le parece. Yo tampoco soy el mismo, y tal vez no me asemeje a ese otro que un día fui. Sin embargo, como una fotografía desvaída, me rememoro en los días en los que vivía entre el filo del primer beso y la burla de los que aún no habían zarpado a la aventura.
Se me ha perdido la imagen de muchos rostros, entonces casi infantiles, pero no aquellos nombres que aparecían escritos con tiza, dentro de un corazón, en la pared menos discreta de la calle. Creo que fueron muy pocas las ocasiones —si es que hubo alguna— en las que mi nombre salía a escena. El anhelo del primer amor escocía y picaba como cuando me rozaba las rodillas jugando al fútbol en un campo de tierra que más parecía una escombrera.
Hoy son otros los que están en la frontera de ese abril, porque todo es un ciclo y todo se sucede como las estaciones, como la vida.
 
Víctor M. Jiménez Andrada
Publicado en Cáceres en tu Mano, 16/abril/2012