Poema bobo
Si tuviera unos años menos y la mirada taciturna, sonrisa de canalla y perfil griego; cuerpo de azúcar y voz melosa como susurro en un orgamo, si escribiera chorradas de adolescentes con recalentón y me inventara historias de algún amor maldito, mis poemas serían las palabras de un dios. Pagarían por verme vendería miles de libros y me regalarían bragas y flores cada noche. Mis vídeos en youtube cotizarían en la Bolsa y tendría postrado a todo el Parnaso a mis pies. Pero seamos realistas: Yo no soy poeta-objeto tipo muñeco de sex-shop. Y así me va.