Sublevación
-Estoy harto de oír cuentos -dijo mientras se levantaba de la silla con precipitación. Sabía que era el momento de poner las cartas sobre la mesa. Había comenzado a hablar y ya no podía echarse atrás. Muchas veces imaginó esa situación y, sin haberlo previsto, surgió en el lugar más inoportuno. Ella lo contemplaba con asombro. -Siéntate, por favor -respondió la mujer intentando acariciar sus manos esquivas -, no tienes ni idea de lo que dices. -Todo son mentiras –el muchacho elevó el tono de voz mientras la miraba con los ojos inyectados de odio -, fantasías que te inventas. Te pasas el día rodeada de libros y sola. ¿Quién eres para contar mi vida? -Lo siento, pero tú no existes -respondió la mujer con dulzura -. ¿No te has enterado de que no eres más que un personaje de uno de mis cuentos? Y ahora voy a terminar con esta situación ridícula. Rompió el folio en pedazos e hizo una pelotita que tiró a la papelera. Víctor M. Jiménez Andrada Publicado en “Un rato para un re...