Un lugar de viejos
“¡Ay de mi Alhama!” Romance anónimo El sonido de la flauta ahuyenta a los habitantes de Hamelín y les recuerda que es mal negocio vender futuro al mejor postor. Intuyen que ni los hombros de Atlas soportarán los intereses de unas hipotecas a largo plazo. Añoran la época de las ratas y de los llantos, mientras que por las calles desvaídas rumian pesares y mastican piedras del río. (Del libro "El último diente de leche")