Comienzo este año 2018 con una lectura que me hace sentir doblemente afortunado. Por un lado, saboreo la suerte de haber dado con un libro realmente bueno —no hay mejor forma de empezar, desde luego—, y por otro lado, la fortuna de conocer personalmente a su autor. José Manuel Díez es de estos seres humanos que impreganan con su magia todo lo que tocan. No hace mucho disfruté de su música con el espectáculo "La semilla", ahora lo hago con su último libro publicado por Hiperión, "El país de los imbéciles" , ganador, además, del XXXIII Premio Jaén de Poesía. El libro se divide en dos partes, una primera titulada "Los dioses del instante", encabezamiento que da pie a una serie de poemas que hablan del oficio del poeta, de su soledad, de las preguntas eternas, de la esperanza que teje, de cierto deseo de inmortalidad —quizás a través de la perduración de la obra—, de lo efímero como contrapunto, del miedo y la forma de vencerlo, de la humildad...