Al corro de la patata, menta perfuma los labios. Entre las piernas florece temblor de plumas nuevas. Naranjitas y limones alivian el resfriado de las agendas perdidas. Vueltas y más vueltas siguiendo la tonadilla: ¡Achupé! ¡Achupé! ¡Sentadita me quedé! Después de la dulce niebla los rostros se endurecieron.