en un par de ocasiones,
para que culos de bebés
quedaran abrazables y brillantes.
Luego quité más mierdas infantiles,
por vocación de padre obligada
y por disfrutar del momento
efímero y único.
La vida es eso a veces:
retirar excrementos.
Le he pedido a mis hijos
que el día que no pueda
limpiarme el culo,
respeten mi deseo
de una muerte digna.