EL OLOR DEL OLVIDO
Contigo sueño, pequeña flor
de la escondida Extremadura.
Recorro las calles de un pueblo
donde jamás estuve
ni estaré.
Percibo tu perfume
en las paredes encaladas
y en cada rincón.
Busco sin buscar
la presencia de tu ausente mirada
por caminos imposibles
y carreteras desiertas.
Si algún día llego a tu puerta,
por un azar diabólico,
me abrirás con una sonrisa
para decirme que has muerto
hace tantos años
que ni el recuerdo de flores marchitas
adorna tu tumba.
(del Libro de los Versos Dormidos)
Víctor Manuel Jiménez Andrada
Fotografía: Erik Basto Segovia
Fotografía: Erik Basto Segovia
2 comentarios:
Perdona debo ser yo, pero no entiendo tu poesía.
Si sueñas con un pueblo, ya estas en él, o mejor dicho él está en tí.
Por lo tanto, no tiene sentido que digas que "recorres las calles de un pueblo donde jamás estuve ni estaré".
Tampoco debido a mi ignorancia tiene sentido para mí esto: "Busco sin buscar la presencia de tu ausente mirada por caminos imposibles y carreteras desiertas".
Cuando uno busca es porque hay una ausencia de algo que le es necesario a quien busca, no precisamente una presencia, cuando ésta se da, la presencia, no es necesaria la búsqueda. Ya que digamos, cuando para uno está presente el "amor" no lo busca más.
He de pedirte algo, que disculpes a mi ignorancia.
Para mí quedarían estos versos mejor así:
"Recorro las calles de un pueblo que mi memoria trae del recuerdo."
"Busco como sin buscar la ausencia de tu prístina mirada por caminos ya imposibles..."
:D, permíteme esta osa-día.
Publicar un comentario