La cigarra y la hormiga (versión crisis)


Había una vez, en un país muy lejano, una cigarra que se pasaba el día cantando. El verano se le antojaba largo y no pensaba en la llegada del frío. Con el dinero que sacó de algunas actuaciones (cobradas en negro, por supuesto), celebró grandes fiestas y se compró todos los caprichos que se le antojaron. Mientras tanto, una hormiguita trabajaba y trabajaba sin descanso para poder tener, cuando llegara el invierno, unos ahorrillos dignos.
Pasaron los meses y llegó la temporada de nieve. La hormiguita se refugió en su hormiguero y la cigarra pidió una subvención. Como la pobre no tenía recursos, le asignaron un capital decente con el que pasar, sin ningún apuro, la estación gélida. La hormiga se quedó pasmada cuando vio como parte de su cosecha era recaudada, por unos señores de gris, para poder mantener a una legión de cigarras.
Y ahora, ¿qué moraleja sacamos del cuento?

Víctor Manuel Jiménez Andrada
Publicado en digitalextremadura.com

Ilustración: Milo Winter

1 comentario:

Alfonso Carabias dijo...

La que yo saco es que el mas tonto hace relojes y que el dinero esta muy mal repartido.

Un saludo cuñao.

P.D. Te estoy haciendo promocion del libro "un rato para un relato" en el metro de Madrid. Posiblemente uno de los sitios (salvando las biblitecas claro) donde mas libros hay por metro cuadrado.