La cultura al alcance de todos


El otro día conocí a un hombre que no sabe leer ni escribir y a pesar de ello se mueve con soltura en los ambientes culturales de su ciudad. Aunque media los ochenta, asiste con frecuencia a recitales poéticos, tertulias literarias, exposiciones y conciertos. Lo que más sorprende es que está en una compañía de teatro amateur. Se estudia los papeles de memoria y luego los recita con desparpajo y oficio. Mucho hay que aprender de este buen hombre. Estamos hartos de ver a licenciados universitarios, con sus flamantes títulos, que carecen de aspiraciones y no muestra ningún tipo de interés por nada relacionado con el entorno cultural. Esto viene a demostrar, una vez más, que querer es poder y que no hay nada imposible para alguien que tenga inquietudes. La cultura es un espacio abierto para todo el mundo y las limitaciones de cada cual se pueden suplir con otras virtudes (como se puede imaginar, el señor del que les hablo tiene una memoria prodigiosa para recordar largos poemas y diálogos teatrales). Nuestra generación, que ha tenido la suerte de disfrutar de un sistema educativo de garantía, tiene la obligación moral de aprovechar todas las oportunidades, porque, sin lugar a dudas, la cultura es uno de los pilares fundamentales en los que se asienta una sociedad que aspira a ser cada día mejor.


Víctor Manuel Jiménez Andrada
(publicado en Digitalextreadura.com 13/4/2011)

Ilustración: Libros y cerámica. Marco Osorno Marín

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