Pasaba cada mañana junto a ella. Le encantaba aquella rosa del jardín, pero nunca se atrevió a cortarla. Cuando por fin se decidió, se le habían adelantado.
Víctor Manuel Jiménez Andrada(publicado en
Avuelapluma 11/4/2011)
Ilustración: La duda. Marcos Rey
1 comentario:
Tanto dudar, no puede ser. Hay que actuar, jeje
Un saludo indio
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