La naturaleza es curva, la recta es un accidente fabricado por el ser humano. La Tierra es curva y la Luna es curva, y la gota de agua es curva, al igual que la lágrima. Las caderas de una mujer son curvas, con sus marquitas, sus estrías, sus baches y descascarillados, ¡auténticas! No hay nada más horrible que unas caderas reducidas a golpes de photoshop. Ay, Lizano, como me acuerdo de tus versos. Una mujer de caderas rectas es un artificio de gimnasio y de múltiples dietas, como la de la piña, la de la alcachofa, la del pepino... El pepino. Ahora me viene a la memoria su forma. ¿Caderas y pepinos? Con poco más se hace un buen gazpacho. Nada mejor para una tarde de verano. Al final habrá tomate. Me tocará poner el aderezo: un poquito de vinagre, una pizca de sal y un generoso chorrito de aceite de oliva lo más virgen que se pueda, que dadas las circunstancias tampoco es de esperar, a estas alturas de la película, la virginidad asexuada de los ángeles ¿no creéis?
Víctor M. Jiménez Andrada
Publicado en Digitalextremadura.com 1/8/2011
Ilustración: Víctor Mínguez Esteban; Curvas - 3
Publicado en Digitalextremadura.com 1/8/2011
Ilustración: Víctor Mínguez Esteban; Curvas - 3
2 comentarios:
Muy bueno cuñao, ingenioso ademas.
Un saludo desde los madriles....
Hombre, me ha gustado mucho lo que has escrito, ¡va para favoritos! ¡Un abrazo desde México!
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