Inventó un aparato para medir el amor. Le pareció un descubrimiento maravilloso, pero al probarlo pudo ver, con espanto, los niveles verdaderos de este sentimiento. Muy a su pesar, destruyó el artilugio y prefirió que el mundo siguiera alimentándose de hipocresía.
Víctor M. Jiménez Andrada
Publicado en Avuelapluma 30/4/2012
Ilustración: Mitsumi. Karla Zequineli
No hay comentarios:
Publicar un comentario