La importancia del lenguaje

Cuando hacemos uso del lenguaje, sabemos que hay que valorar el fondo y la forma; cuidar qué se dice y cómo se dice. Es algo que nos enseñan desde la escuela. No es lo mismo decir, si un chiquillo está atragantado, “San Blas, San Blas que se ahoga este animal”, que decir “San Blas Bendito, que se ahoga este angelito”.
Me refiero a esto porque hace unos días tuve que acompañar a un familiar al servicio de urgencias de un hospital; estábamos esperando a que llegara nuestro turno cuando oí por megafonía lo siguiente: “Fulano de Tal, pase a la sala de clasificación”. Me quedé un poco descolocado. Por un momento, pensé en los pacientes como productos agrícolas o, lo que es peor, ganaderos. Había entre los presentes un hombre, que parecía conocer bien los oficios del campo, que comentó entre dientes: “Nos consideran como si fuéramos ovejas”. No le faltaba razón viendo el trato verbal recibido.
Lo de “clasificar”, aún siendo realmente lo que hacen en esa sala, me parece una palabra fuera de lugar. Sería mucho más adecuada y elegante utilizar la denominación “sala de valoración”. Siempre es mejor que a uno lo valoren a que lo clasifiquen. Aunque el trabajo del médico sea exactamente el mismo y el resultado no cambie, ya es una actitud positiva, cuando uno está pasando un mal trago, la referencia con términos más afines a la especie humana.
Tal vez estoy exagerando un poco y en todos los hospitales españoles a esta sala la llamen por convenio “de clasificación”. En cualquier caso, no deja de sonarme extraño y despectivo.

Víctor M. Jiménez Andrada
Publicado en Cáceres en tu mano 7/6/2012

1 comentario:

Alfonso Carabias dijo...

Muy buen apunte cuñao, y no exageras nada, en sitios como in hospital las formas hay que cuidarlas en todo momento.

Saludos