Un enjambre de luces empapa la noche en el páramo.
Los decibelios ahogan al coro de grillos que decoraba la quietud.
¡Pasen y vean!
La carpa deslumbra polillas y las atrae a sus entrañas.
Se ignoran lo fugaces que son las raíces de la quimera.
¡Pasen y vean!
Las promesas escupidas desde la megafonía sacuden el aire.
En la taquilla se celebra un desfile de pupilas dilatadas.
¡Pasen y vean! ¡Pasen y vean!
(Del poemario Circo)
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