Ecosistema mínimo (XVIII)

Tu risa es la aldaba que despierta a las corolas que habitan en el lecho de espinos. Desconozco cómo he llegado hasta aquí, pero no quiero marcharme. La vida tiene estos momentos irrepetibles y efímeros que hacen que todo tenga sentido bajo un cielo de moras. El rumor del riachuelo seguirá aquí cuando ya no estemos, igual que tú en mí, a pesar de esta condena de líneas paralelas.

No hay comentarios: