Ecosistema mínimo (XXIV)

La belleza viene a enhebrar la aguja con la que se cosen mis sueños. Solo tu nombre escrito sobre la arena es suficiente para levantar la tempestad que me envuelve. Abro los ojos. No es un retorno, porque en realidad nunca me he marchado de aquí. Sobre una piedra oteas el horizonte azul. Sonríes y sonrío. Aunque el regalo no va dirigido a mí, me lo apropio. Nada me da más placer que robarte gestos sin que tú lo sepas.

No hay comentarios: