Somos restos de un naufragio que nos dejamos arrastrar por las corrientes. Buscamos reconstruirnos al amparo de lo mismo que antes nos ha destruido. Ellos marcan el ritmo de nuestra vida desde que nacemos. Hay que hacer lo que dicen, lo que nos enseñan, no lo que nos conviene. Habitamos un mundo que se autofagocita una y otra vez mientras se nos llena la boca de las palabras paz, justicia, igualdad... Feliz Año Nuevo.
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