No tengo la culpa de su desgracia

No tengo la culpa de su desgracia. Si está tirado en la calle será por algo. Es alcohólico, drogadicto, está perdido. Lo tenían que quitar de ahí y llevárselo a algún sitio. Todo el día tumbado en el banco del parque, sin dar ni golpe. ¡Qué mala imagen!
Supongo que mis palabras habrán provocado escalofríos. Es precisamente lo que pretendo. Lamentablemente sólo reflejo opiniones que todos conocemos. Pero detrás de cada sin techo hay una vida y una historia que nos negamos a entender. Vemos la fachada de la miseria y pocas veces pensamos en los sentimientos y en el verdadero dolor. Son muchas las circunstancias que pueden llevar a una persona a la calle. Son pocas las esperanzas y las oportunidades. El desarraigo, la soledad y la pobreza tienen el rostro feo y desagradable para nuestros ojos delicados. Escribo estas líneas en el calor de mi casa. Hoy hace frío y ellos lo estarán pasando mal. Quizás no puedo hacer demasiado para ayudarles, o tal vez sí. Espero al menos que el eco de mi voz remueva alguna conciencia, aunque sea la mía.


Víctor Manuel Jiménez Andrada

Publicado en: digitalextremadura.com (29/11/2010)

Ilustración. Anciano pidiendo limosna. José Antonio Mora

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