Cuando tuvo bolígrafo, le faltó el papel. Cuando tuvo papel no encontró el bolígrafo por ningún lado. Cuando consiguió ambas cosas, no era el momento apropiado. Cuando fue el momento apropiado, no tenía ganas. Cuando tuvo ganas, no se le ocurrió nada. Y así se le pasó la vida sin escribir una sola línea.
Víctor Manuel Jiménez Andrada
Publicado en Avuelapluma n. 216
Ilustración: La máquina de escribir del abuelo
José Antonio del Castillo Martín
Publicado en Avuelapluma n. 216
Ilustración: La máquina de escribir del abuelo
José Antonio del Castillo Martín
3 comentarios:
Y es que cuando es que no, es que no.
Un saludo indio
¡Qué bueno y qué verdad!
¡jía, como proust!
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