Hoy veo a la gente con gafas de sol incluso donde no hay sol: en zonas de umbría, en el interior de los locales y hasta por la noche. Existe, o siempre ha existido una tendencia a ocultar la mirada. Quizás es que los ojos son las ventanas del alma y nadie está dispuesto a desnudar la suya delante de los demás. De todas formas, tenemos que reconocer que la mayoría llevan gafas de sol más por moda que por necesidad y al final los ojos se acostumbran a ver todo más opaco y más amortiguado. Es una forma diferente de percibir la realidad. Los colores se hacen más tenues a través de un filtro y así se evitan deslumbramientos innecesarios, aunque como contrapartida, se pierde la belleza de los matices de la vida.
Víctor M. Jiménez Andrada
Publicado en Digitalextremadura.com 9/8/2011
Ilustración: María Juana Botero Restrepo; Bañista al atardecer
Publicado en Digitalextremadura.com 9/8/2011
Ilustración: María Juana Botero Restrepo; Bañista al atardecer
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