Algunos evitan la poesía que se derrama en los muros grises y en los callejones desiertos de las ciudades monótonas y tristes. Algunos rechazan el agua sucia, sin comprender que está cuajada de infinitas partículas que la enriquecen frente al agua pura e insípida. Algunos ignoran que el origen de muchas sonrisas es una lágrima.
Víctor M. Jiménez Andrada
publicado en AVP- 6/2/2012
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