Trabajos manuales

Con una tijera recorto trozos de corazones disecados, los envuelvo en papel brillante y los pego sobre un plástico transparente.

En el ombligo de la madrugada, un rayo de luz transforma la necrópolis en una constelación.

Y yo, que conozco cómo se sujetan las estrellas, saludo a los asombrados espectadores desde el centro de un escenario de cartulina.

086- Cosas que llevo en el bolsillo

Nunca ganaré el campeonato mundial de 100 metros lisos,
         (y menos con obstáculos).

Y esto me lo repito
cada vez que te veo
para desterrar esperanzas.

La gallina ciega

Por jugar a la gallinita ciega, pisé donde no debía.

Hay minas que sin explotar matan y palabras que, sin pronunciarse, se clavan como las espinas en el corazón tierno de las moras.

Hoy juego con algunas trampas y no me cubro los ojos del todo.

He aprendido que de poco vale la honestidad en la ribera de los ataúdes.