El líder

    Después de las lluvias torrenciales que lo arrasaron todo, se encontraron perdidos. Vagaron por el territorio embarrado durante muchos días. Algunos, los más enfermos y viejos, perdieron sus fuerzas para seguir un camino hacia la nada y se dejaron devorar por unos depredadores más hambrientos y desesperados que ellos.
    No había redención en un paraje atroz de fango y muerte. Pero cuando parecía que todo estaba perdido apareció en el horizonte la imponente silueta de un gran macho. Se limitaron a seguirle con nuevas esperanzas. Tenían un guía, un líder capaz de llevarles a un terreno de grandes praderas verdes, un lugar en el que no faltara ni el alimento ni el sol tibio para calentar sus cueros enmohecidos por la persistente humedad.
    Le siguieron hasta el precipicio y allí desaparecieron todos. Deslumbrados por el tamaño descomunal de los testículos del macho, ninguno percibió la ceguera en sus ojos. Una vez más, los buitres ganaron la partida.

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