La subida siempre es difícil

La tierra se eleva vanidosa
y en lo más alto se viste
de enaguas blancas.
 
La cumbre se muestra esquiva,
pero un sendero nos dice
que no seremos los primeros
ni seremos los últimos.

Pasos lentos, constantes,
como vaivén de péndulo,
hasta alcanzar la cima.
 
Desde allí nos veremos
rodeados de las montañas
grandes y orgullosas
y seremos minúsculos
      (más todavía).

No hay comentarios: