Eco que se desvanece

Miserables los que vacían
el odre viejo
cuando pasean su riqueza.
 
Otros, con los bolsillos descosidos,
guardan en sus pupilas
la sonrisa del sol naciente.
 
La gloria, como el eco de campana,
es efímera en el desierto
del almanaque.
 
{Vamos, hermana,
no te detengas
a contemplarles}.

 

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