Tratado de rendición
Extrae la pluma del bolsillo interior de la chaqueta, en un gesto que ha repetido cientos de veces. Le tiemblan ligeramente las manos. Un sudor frío le recorre la nuca. En la boca le anida cierto aliento de resaca. Lee una vez más el documento lo más deprisa que puede. Nota cómo varios pares de ojos le observan. A partir de hoy todo va a cambiar. Acepta los hechos con la resignación del derrotado. Después de tantos años, lo que ha sido su vida dará un giro irreversible. Tiene que aprender a renunciar desde hoy y contemplar la ausencia con humildad.
Ha pasado la noche en vela pensando en este momento. Se demora un poco más. La impaciencia de los otros se corta en el ambiente. Afuera están esperando. Respira hondo y, sin levantar la vista, estampa su rúbrica junto a las otras. Ya está hecho. Unas lágrimas inoportunas humedecen su mirada de hombre firme. En unos minutos escucharán los gritos y la algarabía de la fiesta. «¡Vivan los novios!», entonará un coro de ángeles ebrios. Él pensará en la alcoba vacía de su hija.
Microrrelato del libro Tornillería surtida (descargar obra completa).

Comentarios