Un final feliz
«Entonces se casaron y vivieron muy felices durante el resto de sus días. Murieron de viejecitos, rodeados del cariño de sus cinco hijos y de sus muchos nietos».
—¿Qué te ha parecido? Aquí tienes el final feliz que me reclamas.
—Bueno, no del todo.
—No te entiendo, siempre me acusas de que mis cuentos tienen finales tristes o terribles, que llevo a los héroes a la desesperación y al abismo, y ahora te leo esta historia con una conclusión de cuento de hadas y tampoco te gusta.
—Es que al final mueren.
—Claro, como todo el mundo. Además, mueren de viejos, después de vivir felices. Ni tienen enfermedades, ni accidentes, ni desgracias, ni nada de nada... Ni siquiera discuten.
—Pero es que si lo cuentas así los lectores se quedarán un poco chafados. La gente busca otras cosas, algo que no les recuerde tanto a la vida real.
—Creo que ya sé lo que quieres decir.
—Me alegro. Anda, dale una vuelta más a ver si consigues un final un poco menos dramático.
Microrrelato del libro Tornillería surtida (descargar obra completa).

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