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Cielos artificiales

-¡Pero si no lleva nada! -exclamó de pronto un niño. HANS CHRISTIAN ANDERSEN  Las lágrimas mueren invisibles cuando las ahoga el reflejo del oro y el terrible estómago insaciable absorbe las entrañas de la inocencia. El arte tiene la música del caer de las monedas y el verdadero aromade las flores yace enterradoen pozos sin fondos. Una luna de neón brilla en cielos artificiales y los caminos de la gloria terminan en horribles precipicios. Y ahí se encuentranel principio y el fin. Víctor M. Jiménez Andrada Publicado en L.B. nº.4

Pecado pasado

La puerta principal del Instituto se divisa desde la cafetería de la esquina. Un hombre y una mujer, mientras toman un café, observan, desde los ventanales ahumados, la salida alborotada de los alumnos. —Es aquel de allí, el rubito —dice ella —el de la chaqueta negra. —Dios mío... ¿Qué edad tiene? —Catorce. —¿Ya ha pasado tanto tiempo? —se sorprende el hombre. —Sí —responde bajando la mirada —Luego te largaste con tu mujer.   Víctor M. Jiménez Andrada Publicado en LB nº.4

Desgracia ajena

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Cuando me lo contó, fingí torpemente tristeza. Deseaba delatar el gozo que se cuajaba en mi corazón con su desgracia. Pronto vi el odio brillar en sus ojos húmedos y supe que había averiguado mis verdaderas intenciones.   Víctor M. Jiménez Andrada Publicado en LB. nº.3

20 de diciembre: Presentación de Versos del Insomnio en el Ateneo Andaluz.

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Evento : Presentación de Versos del Insomnio ¿Dónde?: Ateneo Andaluz. C/ Terral nº. 14 - Dos Hermanas (Sevilla) ¿Cuándo?: 20 de diciembre 2012, 20:00 h       

Reflejo involuntario

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En el borde espumoso de una copa de cerveza se suicidan las premeditaciones. En ese instante un gusano ciego hunde los dientes y envenena las venas con el deseo.   Víctor M. Jiménez Andrada Publicado en LB. nº.4

Largas tardes de sábado

Cuántas tardes de sábado, con ojos de niño, perdí mirando las nubes, jugando a adivinar formas, mientras la hierba albergaba mi cuerpo de chiquillo y mi alma de poeta. Cuántas tardes de sábado, mientras veía antiguas películas, soñé contigo. Cuántas noches de sábado, y antes de conocerte aún, sabía de tu existencia y de nuestro ineludible encuentro. Cuántas madrugadas de domingo anhelé estar a tu lado. Y ahora que llega la mañana, vuelvo a mirar las nubes con ojos de niño.      Víctor M. Jiménez Andrada Publicado en LB. nº. 4

Muertos y resucitados

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     Tus balcones no me inspiran más versos. Es como si tu recuerdo hubiera quedado sepultado en el montón de palabras derramadas. Palabras que a lo largo de tantos años han formado imperfectos bocetos de tu perfil. Palabras paridas por mi pluma desesperada. Palabras que ahora son tu tumba. Pero sé que una sola casualidad de la vida, un instante o un cruce de miradas, sería más que suficiente para despertar al Lázaro dormido que yace en lo más enterrado de mis entrañas.   Víctor M. Jiménez Andrada Publicado en LB. nº. 3