Exhibición ecuestre


Los caballos giran por la pista
animados por el chasquido del látigo.
Sobre las crines de fuego planea
la ceniza del reloj.
 
El niño, que guarda el molde del caballito de carrusel, se asusta.
Cabalgo sobre lomos transparentes y salgo por la puerta de entrada.
En mis pestañas anida el polvo peregrino de los cerrojos.
   

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