El último unicornio

Muchos pensarán que sucumbí al señuelo,
que me dejé la razón olvidada en una esquina
cuando me acariciaste con tus ofrendas.
Lo cierto es que entré sabiendo que mentías.
Hace muchos años que no creo en unicornios,
pero tú no tenías ni idea de eso
y preferí que te bañaras en laureles de plástico,
tal vez porque entonces fingíamos querernos.

(del poemario Circo)

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