Bajo el barniz que abriga un corazón férvido
pulula un deseo montado en monociclo.
La rueda avanza y retrocede temblando,
como labios de mendigo salpicados de amanecer.
Parece que el azar es el guía de cada pedalada
y la estación nunca se alcanza en un tiempo que siempre llega.
Cuando la música calle y el artista salte del sillín
columbrar desde la hondonada será la recompensa.
(del poemario Circo)
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