“Todo cuerpo persevera en su estado de
reposo o movimiento uniforme y rectilíneo a
no ser que sea obligado a cambiar su estado
por fuerzas impresas sobre él.”
Primera ley de Newton
Alicia me dice que para escribir un poema tiene que
llevar dos copas de más.
Dos copas de más son las marcas que quedan en el
asfalto cuando se frena en el límite, y ahí es donde
brotan sus versos.
Sus versos son endecasílabos mirados a través de
una niebla espesa en una madrugada de diciembre.
Distingue en sus palabras el norte de todas las
brújulas y ahora espera que me confiese seguidor de
la doctrina.
-Si me tomo una de esas solo esbozaré
disparates -le respondo.
Me mira con lástima (o con asco). Tal vez piensa
que así nunca aportaré algo digno al anaquel de los
inmortales.
He oído hablar de sus famosos banquetes de
hongos (alucinógenos, por supuesto) para visitar a
la Reina de Corazones.
Eso explicaría tantas maravillas en un solo país.
(del libro "El último diente de leche")
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