Los buenos y los malos
No me creo las historias con finales felices. La vida enseña que Caperucita es un poco loba y el lobo un poco niño, por la misma razón que un vaso medio vacío es también un vaso medio lleno. No hay buenos ni malos sobre el tablero; solo vencedores y vencidos en un punto situado en el espacio-tiempo; y el único final verdadero es: “...comieron lo que pudieron y vivieron luchando.” No hay buenos ni malos sobre el tablero, todo depende del punto de vista.