Especuladores

El pasaporte hacia la gallina de los huevos de oro es un puñado miserable de habichuelas que hay que comprarle al traficante de sueños en el paso de la frontera.

El expolio alcanza al horno donde se cuece el pan cuando las cosechas prometen máximo rendimiento con mínima inversión.

Queda huir entonces, con patas de gacela, del canto hueco de los predicadores y de los rótulos luminosos que ofertan castillos en el aire.

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