“Mucha mierda”, desean en Teatro. “¡Mierda!”, exclama el que la caga. “¡A la mierda!”, el que se marcha. “¡Vaya mierda!”, el resignado y también el inconformista y la víctima del trilero. “¡Qué mierda!”, con el sueldo a fin de mes. “¡Nos vamos a la mierda!”, predican los profetas. “Huele a mierda”, dice el corrupto sin olerse el culo. “¡Y una mierda!”, grita el egoísta. “¡Vete a la mierda!”, el que la paciencia perdió. “¡¿Qué mierda es esto?!”, se lamenta el cornudo. Hay mierda para todos. Día a día la boca se nos llena de MIERDA, y somos tan felices.