029-Cosas que llevo en el bolsillo



Amanecer expande
su pintura nueva
sobre la partitura
de Calendario
y mezcla su aroma
con los días pasados
para invocar a Historia.

Exhibición ecuestre


Los caballos giran por la pista
animados por el chasquido del látigo.
Sobre las crines de fuego planea
la ceniza del reloj.
 
El niño, que guarda el molde del caballito de carrusel, se asusta.
Cabalgo sobre lomos transparentes y salgo por la puerta de entrada.
En mis pestañas anida el polvo peregrino de los cerrojos.
   

028-Cosas que llevo en el bolsillo.



El segador de manos
vigila el rebaño de los mediocres.
Desconoce que por debajo
nos pasamos papelitos con versos
y nos reímos de él.


El viejo poeta

Francisco despierta al sol viejos recuerdos. En el juego alborotado de los niños reconoce los matices perdidos de los primeros pasos. Su vida, ahora sencilla, se asienta en pilares de tristezas
Le gusta pasear por el parque y detenerse a contemplar el paso del tiempo. Mira sin disimulo a los ojos de la gente. Cree que así desnuda el alma de los otros. En la soledad de su casa se rodea de cientos de libros y se pasa las horas escribiendo poemas. Sus versos parecen obra de un artista joven, pero Francisco pasa ya de los ochenta.
Una vez contó a sus hijos que guardaba montañas de cuadernos llenos de poesías. Esperó despertar interés, un silencio indiferente fue la respuesta.
Martita, su nieta pequeña, es distinta. Le encantan los libros. Quiere ser escritora y lo hace bien. Lee con entusiasmo los cuadernos de su abuelo y le promete que algún día los publicará. Francisco entonces deja ver unos trazos de felicidad en su rostro. En la chiquilla distingue el reflejo de antiguas ilusiones.

Cara de tonto

He apoyado proyectos e inciativas culturales de mucha personas, algunos amigos. Hoy, cuando estamos organizando a través de Letras Cascabeleras un buen número de eventos y veo que nos falta el apoyo de alguno, se me queda cara de tonto. Cuesta muy poco una llamada, o un mail para preguntar qué tal nos va.
En cualquier caso, seguimos adelante, con toda la ilusión y las ganas del mundo, como siempre.
  

En el escenario

Pinto mi rostro para ejercer el arte arcano
de buscar la veta esquiva de la sorpresa
en lo más profundo, bajo la carcasa de la desgana.
Un esbozo en unos labios de la última fila
es un riego misericordioso en el desierto silente.
Los caminos polvorientos conservan las huellas de los carros
que un día hirieron con estas mismas letras.
Salir del escenario, desmaquillarse,
es abrigarse en las sombras de lo anónimo,
volver a ser nadie para ser yo.


(Del poemario Circo)

027-Cosas que llevo en el bolsillo

Sombra que escarbas
entre los pétalos de la rosa,
retrocede dos pasos
y dime cómo me ves,
pero no lo grites al viento.

Las promesas del que tiene el micro

El presentador carga una cesta colmada de adjetivos
que lanza al cielo como pétalos de flores.
Desde la distancia del espectador solo se percibe
una danza de caleidoscopios y la excitación de los preludios.
Las palabras mohosas son cimientos de espuma
sobre los que se levantan castillos en el aire.
Sabemos de hipérboles —falacias travestidas—,
                    y nadie cree, pero todos enmudecen.


(Del poemario Circo)

¡Pasen y vean!

Un enjambre de luces empapa la noche en el páramo.
Los decibelios ahogan al coro de grillos que decoraba la quietud.

¡Pasen y vean!

La carpa deslumbra polillas y las atrae a sus entrañas.
Se ignoran lo fugaces que son las raíces de la quimera.

¡Pasen y vean!

Las promesas escupidas desde la megafonía sacuden el aire.
En la taquilla se celebra un desfile de pupilas dilatadas.

¡Pasen y vean! ¡Pasen y vean! 

  
(Del poemario Circo)

025-Cosas que llevo en el bolsillo

Hay que conocer
la historia de Narciso
para no naufragar en el reflejo.

No creo belleza
lo que de mis manos brota.
La palabra toma sentido
solo en piel ajena.

Montaje

Hay un croquis dibujado sobre el barro.
Unas cruces marcan los cimientos
de este castillo de metal, madera, cuerda y lona.

Un trajín constante entre los carromatos ahuyenta toda incertidumbre.
Las mazas golpean en la cabeza de los clavos y en lo que ya no existe.
Antes de que se afile el horizonte con la piedra de la tarde,
se alza el coloso efímero.
               —No parece buen terreno —le digo al jefe de pista.
               Me mira con indiferencia y se encoge de hombros.


(Del poemario Circo)

024-Cosas que llevo en el bolsillo

Necio cascabel,
que lo mismo suenas
movido por el viento
que por la mano,
arranca tu lengua
si no vas a gritar
contra los muros.

Biblioteca

Ahora que la tarde se derrumba
en el soliloquio de mis ojos,
cuando parece que la punta del dardo
yerra en la diana de la carne,
detengo la arena de los relojes
para respirar hondo
el aroma que desprenden
estos anaqueles.

Palabras que no traicionan
aguardando, como Lázaro en su tumba,
que la mirada del resucitador
se pose sobre ellas.
Es entonces cuando surge
el verdadero hechizo
que nos hace levitar
más allá de estos muros.

Las páginas se transforman
en las alas del Pegaso
que salvo a un tal Bukowski,
y a tantos otros,
y que me salvarán a mí
de estas cadenas de ignorancia
que me llagan los tobillos.

Palabras que no traicionan,
atemporales y eternas,
custodiadas en este templo
de dioses inmortales.

Afuera la noche canta su preludio,
pero yo estoy muy lejos:
viajo sobre una nube de letras
más allá de mí.

Carteles

Al principio estabas tú, indefinida, sin rostro apenas,
en los carteles que anunciaban la función en la ciudad.

Después tu nombre y tu cara se fundieron con las vigas
que sostienen esta carpa descolorida que es mi historia;
y así pasaste al otro lado de ese espejo
que distorsiona los sueños para soportar los relojes.

Hoy estoy confuso y no sé si soy el espectáculo
                                           o el espectador.

(Del poemario Circo)

022- Cosas que llevo en el bolsillo

Una boya de certeza
flota entre la tempestad
de este mar de dudas.

Suerte tengo si la alcanzo
antes de hundirme.

Apunte de anatomía nº. 27: Burla

Me divierto con un gesto, que interpreto sin pudor, para descargar los hombros del pelaje gris que tantas veces me han puesto encima. Así intento demostrar que el lobo también es cordero y viceversa.
 

Apunte de anatomía nº. 26: Conectados

El día que sonreíste ante mi desgracia, te dije que estábamos más conectados de lo que pensabas. Hoy lloras por tus penas, por las mías y por la ignorancia que te cegó.

 

020- Cosas que llevo en el bolsillo

Hubo un primer verso
que abrió un abismo
y me apartó de mis hermanos.

Ellos sonríen y no sufren
sobre sus hombros
el peso de la palabra.

Apunte de anatomía nº. 25: Aura

Sobre el cristal frío, la vida marca su aura para demostrar su presencia y diferenciarse de lo inerte. Las palabras tienen también un aura similar dentro de un verso, aunque no todos pueden percibirla.
 

019- Cosas que llevo en el bolsillo

He descubierto el significado de la belleza inalcanzable
a un milímetro de la punta de mis dedos.

El deseo palpita
en la infinidad de ese espacio.

Apunte de anatomía nº. 24: Vueltas

Todo sería más sencillo sin dar tantas vueltas: hacer solo lo imprescindible, disfrutar de las carteleras y evitar levantar la alfombra. Pero me aburriría hasta lo insoportable porque necesito el combustible de las interrogaciones.
 

018- Cosas que llevo en el bolsillo

Principio es un lugar como cualquier otro,
podemos llamarlo madre
                  —sin miedo a equivocarnos—
y evitar así el desasosiego
de los laberintos.

Apunte de anatomía nº. 23: Pincel

La pintura roja no es sangre, aunque la simula en el lienzo. Un poema no es una emoción sino el eco de un latido que hay que interpretar con diferentes instrumentos sobre una partitura de niebla.

017- Cosas que llevo en el bolsillo

La muñeca languidece
vestida de polvo y luto,
condenada por el aroma
de flores nuevas,
las misma que, secas,
dormirán entre los libros.

Apunte de anatomía nº. 22: Inmortal

Dejo una marca en la piedra, apenas un arañazo entre un montón de estrías profundas. Pronuncio mi nombre en voz alta, como el que dice la palabra mágica que abre las puertas del Paraíso, pero sin fe.
  

CIRCO

Aquí puedes descargar y leer mi poemario CIRCO, con el que he conseguido el XVI Premio de Poesía García de la Huerta.
 

Apunte de anatomía nº. 21: Difuminado

El recuerdo es siempre una fotografía difuminada de lo que un día fue real. Por mucho que se empeñen los ingenieros en construir artefactos complejos, capturar el ahora es una quimera.


Foto y texto: Víctor M. Jiménez Andrada

015- Cosas que llevo en el bolsillo

Somos huérfanos
que vamos de la mano de un tiempo
tan ciego y desvalido
como nosotros.


Víctor M. Jiménez Andrada

Apunte de anatomía nº. 20: Espejo

¿Qué hay más allá de este reflejo? El que se muestra no soy yo. No es más que una ilusión, un juego de luces que simula una presencia que no existe, un engaño que admitimos para no indagar en cuestiones más profundas.


Foto y texto: Víctor M. Jiménez Andrada

014- Cosas que llevo en el bolsillo

Caballos desbocados
se aproximan por el cielo,
preludio de tierra mojada
en las puertas de los paritorios,
para romper la piedra
que se clava en mi médula. 

 
Víctor M. Jiménez Andrada

Apunte de anatomía nº. 19: Lentes

Mirar a través de lentes para ver la vida de otra forma, lejos de la corriente que arrastra corderos. Un poema es la lente necesaria para que los ojos sin pupilas obseven un mundo irreal a simple vista, pero auténtico en su esencia.


Foto y texto: Víctor M. Jiménez Andrada

013- Cosas que llevo en el bolsillo

Hay días
en los que se me deshace el alma.
¡Invocad a Céfiro
para que me disperse!


Víctor M. Jiménez Andrada

Apunte de anatomía nº. 18: Otoño


No me disfrazo de otoño, porque yo soy ribera de otoño. Me como la esencia ocre de las hojas que caen para construir los pilares que me sostienen.

 
Texto y foto: Víctor M. Jiménez Andrada

012- Cosas que llevo en el bolsillo

Quiéreme con todas tus tropas,
             —olvida la retaguardia—
esta batalla está perdida
antes de que naciéramos. 


Víctor M. Jiménez Andrada



Apunte de anatomía nº. 17: Idea.

El brillo es un animal esquivo que apenas se deja ver. Complicado ejercicio capturarlo con una red para cazar mariposas. Es necesario el silencio y la espera para que caiga en la trampa.
 
 
Texto y foto: Víctor M. Jiménez Andrada

Apunte de anatomía nº. 16: Caricia

No envejecen las cerezas que habitan bajo la piel. Cosecho sensaciones en mis dedos para hacer conservas. Unas buenas reservas me aseguran alimento cuando las primeras nieves corten los caminos.


Texto y foto: Víctor M. Jiménez Andrada

010- Cosas que llevo en el bolsillo

El llanto
es la canción del que llega
y la huella que deja el que parte.

Lágrima es soga
que une extremos.


Víctor M. Jiménez Andrada

Letras Breves nº. 14

Ya puedes descargarte el nº. 14 de la publicación LETRAS BREVES. Para disfrutarlo en papel, hay que imprimir el PDF a dos caras y plegarlo como un tríptico. 

 
 

Apunte de anatomía nº. 15: Frontera

Apostamos con los ojos cerrados, acariciamos el metal sabiendo que una leve presión nos dañaría. Cuerda de funámbulo o filo, no hay diferencias en las líneas delgadas que separan antónimos.


Texto y foto: Víctor M. Jiménez Andrada

009- COSAS QUE LLEVO EN EL BOLSILLO



Pobre mi corazón díscolo
que borda miedos
en el horizonte negro
de lo inevitable.


Víctor M. Jiménez Andrada

APUNTE DE ANATOMIA 014- ESCUCHAR

Tu voz transporta una legión de insectos que me penetran. Escarban, anidan en lo más recóndito y se reproducen. Mi lengua posee también el don de inyectar insectos en ti. De nosotros depende si son mariposas o avispas.


Foto y texto: Víctor M. Jiménez Andrada

APUNTE DE ANATOMÍA 013- NOTAS

Clavar lo efímero en la memoria es desprenderlo de lo que lo caracteriza. Las palabras no son entes inamovibles, sufren metamorfosis constantes en el libro de “Las interpretaciones” que llevamos bajo el brazo.


Foto y texto: Víctor M. Jiménez Andrada

APUNTE DE ANATOMÍA 012- CENSURA

Dices que no quieres escucharme y me matas los versos antes de que nazcan. ¿Quieres que me corte la lengua? Lo siento, pero hoy no estoy para idioteces y no comulgaré con tus deseos.


Foto y texto: Víctor M. Jiménez Andrada

006- COSAS QUE LLEVO EN EL BOLSILLO



Estrella,
luciérnaga de sueños inalcanzables,
posa tu luz lejana
en mi frente.
  

Víctor M. Jiménez Andrada

APUNTE DE ANATOMÍA 011.- PUERTA

Nacemos sin que nos den a a elegir. Nos ponen una llave en la mano. La puerta de la vida es única para cada uno: lo que hay detrás es una niebla espesa que se diluye en tictacs hasta que percibimos el abismo ineludible.


Foto y texto: Víctor M. Jiménez Andrada

005- COSAS QUE LLEVO EN EL BOLSILLO

Enciende la candela
en mitad de este páramo helado,
tú que conoces
el frío que me habita. 


Víctor M. Jiménez Andrada

APUNTE DE ANATOMÍA 010.- SUMIDERO


También el paraíso tiene sumideros en los que verter alguna mirada inapropiada, pequeñas notas discordantes y otros pecados veniales sin aparente importancia. Os aconsejo que no os fiéis de la perfección de los ángeles.
 
  
 

Foto y texto: Víctor M. Jiménez Andrada



004- COSAS QUE LLEVO EN EL BOLSILLO

Desvestir a la palabra
de su carne
y fabricar puntas de flechas
con los huesos,
es oficio al que aspiro.

 

Víctor M. Jiménez Andrada

APUNTE DE ANATOMÍA 009.- SED


Tomar un poco de agua es degustar una porción de torrente. Un verso no es un poema, ni una gota un río. Sumar para construir o restar para digerir. No hay tanta diferencia si hablamos de fractales.


Texto y foto: Víctor M. Jiménez Andrada

APUNTE DE ANATOMÍA 008.- HUELLAS

¿Dejamos la huella de lo que somos o de lo que pretendemos ser? No es extraño que la máscara se adhiera a la carne formando una sola cosa. Los paisajes interiores son laberínticos para recorrerlos a solas.


Texto y foto: Víctor M. Jiménez Andrada

APUNTE DE ANATOMÍA 006.- CARAMELOS


A veces el adjetivo es una máscara que suaviza las aristas del sustantivo. Hay paladares delicados que no soportan el sabor de las esencias naturales si no es con algo de azúcar. Para todo hay solución: lo importante es que el mensaje llegue.

  
Texto y foto: Víctor M. Jiménez Andrada

APUNTE DE ANATOMÍA 005.- INICIO

El principio de todo viaje es una página en blanco. Se puede intuir el color de las flores, pero todo es incierto hasta el primer punto y aparte. Caminar será más sencillo si tenemos claro que las apariencias engañan.



Texto y foto: Víctor M. Jiménez Andrada