Cielos artificiales

-¡Pero si no lleva nada! -exclamó de pronto un niño.
HANS CHRISTIAN ANDERSEN 

Las lágrimas mueren invisibles
cuando las ahoga el reflejo del oro
y el terrible estómago insaciable
absorbe las entrañas de la inocencia.

El arte tiene la música
del caer de las monedas
y el verdadero aromade las flores
yace enterradoen pozos sin fondos.

Una luna de neón brilla en cielos artificiales
y los caminos de la gloria
terminan en horribles precipicios.
Y ahí se encuentranel principio y el fin.

Víctor M. Jiménez Andrada
Publicado en L.B. nº.4

Pecado pasado

La puerta principal del Instituto se divisa desde la cafetería de la esquina. Un hombre y una mujer, mientras toman un café, observan, desde los ventanales ahumados, la salida alborotada de los alumnos.
—Es aquel de allí, el rubito —dice ella —el de la chaqueta negra.
—Dios mío... ¿Qué edad tiene?
—Catorce.
—¿Ya ha pasado tanto tiempo? —se sorprende el hombre.
—Sí —responde bajando la mirada —Luego te largaste con tu mujer.

 
Víctor M. Jiménez Andrada
Publicado en LB nº.4

Desgracia ajena



Cuando me lo contó, fingí torpemente tristeza. Deseaba delatar el gozo que se cuajaba en mi corazón con su desgracia. Pronto vi el odio brillar en sus ojos húmedos y supe que había averiguado mis verdaderas intenciones.
 

Víctor M. Jiménez Andrada
Publicado en LB. nº.3

20 de diciembre: Presentación de Versos del Insomnio en el Ateneo Andaluz.

Evento: Presentación de Versos del Insomnio
¿Dónde?: Ateneo Andaluz. C/ Terral nº. 14 - Dos Hermanas (Sevilla)
¿Cuándo?: 20 de diciembre 2012, 20:00 h
  
 

Reflejo involuntario



En el borde espumoso
de una copa de cerveza
se suicidan
las premeditaciones.

En ese instante
un gusano ciego
hunde los dientes
y envenena las venas
con el deseo.
 
Víctor M. Jiménez Andrada
Publicado en LB. nº.4

Largas tardes de sábado

Cuántas tardes de sábado, con ojos de niño, perdí mirando las nubes, jugando a adivinar formas, mientras la hierba albergaba mi cuerpo de chiquillo y mi alma de poeta. Cuántas tardes de sábado, mientras veía antiguas películas, soñé contigo. Cuántas noches de sábado, y antes de conocerte aún, sabía de tu existencia y de nuestro ineludible encuentro. Cuántas madrugadas de domingo anhelé estar a tu lado. Y ahora que llega la mañana, vuelvo a mirar las nubes con ojos de niño.
    
Víctor M. Jiménez Andrada
Publicado en LB. nº. 4

Muertos y resucitados

    

Tus balcones no me inspiran más versos. Es como si tu recuerdo hubiera quedado sepultado en el montón de palabras derramadas. Palabras que a lo largo de tantos años han formado imperfectos bocetos de tu perfil. Palabras paridas por mi pluma desesperada. Palabras que ahora son tu tumba. Pero sé que una sola casualidad de la vida, un instante o un cruce de miradas, sería más que suficiente para despertar al Lázaro dormido que yace en lo más enterrado de mis entrañas.
 
Víctor M. Jiménez Andrada
Publicado en LB. nº. 3

El violinista

  
Toca y vuelve a tocar. Las manos, seguramente agrietadas por el frío, siguen arrancando melodías hermosas al violín. A sus pies, la funda abierta del instrumento, sirve de improvisado recogedor de fortunas (más bien con escaso éxito). Pongo una moneda, él me sonríe agradecido. Pero el que tiene que agradecer soy yo. Llena con su música el hueco infernal que deja la ruidosa multitud anónima que surca la calle. Desgraciadamente, otras veces paso a su lado y ni siquiera lo intuyo. Demasiadas cosas en la cabeza, mucha prisa y escaso tiempo para sentir, aunque sea por un momento, los pequeños placeres que la vida nos da. Me convierto entonces en parte de esa multitud, en una gota más de agua que se deja arrastrar por una corriente que nos lleva a la nada.
 
Víctor M. Jiménez Andrada
Publicado en LB. nº. 3

20 de noviembre. Presentación de "Comidas para llevar"

El 20 de noviembre, a partir de las 18:00 h., estaré en Navas del Madroño presentando mi libro de relatos "Comidas para llevar". El acto será en la Sala multiusos del Centro de Interpretación de las Escuelas Viajeras. Os espero.
  


Pesadillas



Algunas mañanas, el tirano sonido del despertador suena como música celestial que me arranca de las pesadillas de la noche. Poco importa que aún no haya amanecido y que mi cuerpo esté empapado en sudor frío; el bip-bip metálico me transporta a la realidad deseada. No importan las horas de sueño discontinuas, nada profundas y quebradizas; el cansancio se paga, con satisfacción, por ver la luz del día romper el horizonte de una noche amarga. No importan las ojeras, el sabor ácido de la boca, el dolor de cabeza o que sea lunes; todo se agradece por salir del laberinto de sueños terribles.

   
Víctor M. Jiménez Andrada
Publicado en LB. nº.3

Presentación de la Revista literaria "La Conserva"

Os invito a la presentación de la Revista "La Conserva", que tengo la fortuna de coordinar.

Evento: Presentación de nuestra revista literaria "La Conserva"
¿Dónde?:
Parrápolis. C/ Parras, 35 - Cáceres.
¿Cuándo?:
Sábado 17 de noviembre - 19:00 h.
  

En LETRAS CASCABELERAS A.C. estamos muy contentos. Después de unos meses de trabajo, presentamos, por fin, nuestra revista literaria "LA CONSERVA". En este primer número contamos con las colaboraciones de:  Francisco Bermejo, Purificación Claver, Nicolás Corraliza, Jesús Mª Gómez Flores, Rafael Marchena, Alberto Navalón, Montaña Núñez, Victoria Pelayo, César Rina, Vicente Rodríguez, Marcelo Salgado, Ángela Velasco. Muchas gracias a todos lo que habéis hecho posible este proyecto.
 
 
 

Improbabilidades

Robé tu risa de mis recuerdos
y la dispersé al viento
para pregonar mi tristeza.

Esperé un milagro.





Mi cabeza, confusa,
aún no sabe
cuánto dura una ausencia eterna.


Víctor M. Jiménez Andrada
Publicado en LB. nº.2

La conquista



Cristóbal Colón, retirado del oficio de navegante fracasado y cartógrafo de poca monta, camina tranquilamente por la orilla del Guadalquivir. Su escasa hacienda le permite vivir a duras penas, pero no piensa en ejercer ningún otro empleo y prefiere mendigar a doblar la espalda. El paseo le lleva a las afueras de Sevilla, siguiendo el margen del río. Se sienta en una piedra a contemplar el curso tranquilo del agua. Es octubre, pero la temperatura es agradable a esa hora de la tarde. De repente los ve aparecer. Varias decenas de extrañas embarcaciones remontan el cauce en dirección a la capital. Son barcas alargadas y estrechas, dirigidas por pequeños hombres de torso desnudo y cobrizo y largos cabellos. Visten raros ornamentos plumíferos y coloridos taparrabos. La embarcación de cabecera se dirige a él. Cristóbal se pone en pie y queda paralizado por el miedo. Llegan a la orilla y se bajan de la barca haciéndole gestos amistosos. Le muestran varias cajas grandes de cartón en las que se pueden leer, rotuladas, las palabras “Tabacos de América”. Después de conversar largamente y de fumar decenas de cigarrillos, Cristóbal llega a un acuerdo con los visitantes extranjeros. A partir de ese momento se dedicará a introducir en el Viejo Continente el delicioso producto. Pronto encuentra socios en los bajos fondos, que clandestinamente, comienzan a mover la mercancía. Todo aquel que lo prueba queda enganchado y a los pocos años, la maldición americana se extiende en los pulmones de una Europa conquistada por un humo gris y aromático.
   
Víctor M. Jiménez Andrada
Publicado en LB n.2

El pan de los vencidos


El miedo convertía sus palabras en leves susurros.Corrían malos tiempos para los vencidos. A la caída del sol y con el toque de queda, los soldados arrancaban de sus hogares a decenas de personas que, como ratones indefensos, se ocultaban en los agujeros más infames con la esperanza de vivir una noche más. Había que pasar desapercibido.
Dos hombres compartían poco más de media botella de vino recio alrededor de una mesa. La habitación era miserable, carecía de ventanas y rebosaba humedad y suciedad. Se iluminaban con una gastada vela. Maldecían entre dientes y ahogaban su impotencia en falsas esperanzas. El hambre merodeaba sus hogares. No había pan para los hijos de los traidores.
El robo se pagaba con la vida, pero había que arriesgarse. No era lo mismo buscar la muerte que la muerte los encontrara humillados y cruzados de brazos. Así, cada dos o tres noches, se echaban a la calle y amparados en las sombras alcanzaban las primeras huertas. En saquitos de tela metían todo aquello que se podía comer.
Cuando no había suerte volvían a casa con la patrulla pisándoles los talones y un puñado de raquíticas cebollas en el saco.
Si la noche se daba bien podían capturar algún gato. En esas raras ocasiones un delicioso olor a patatas con carne se esparcía por el vecindario a la mañana siguiente. A esas mismas horas y en alguna casa cercana se lloraban las desgracias de la madrugada.

Víctor Manuel Jiménez Andrada
Publicado en "En Sentido Figurado" año 3 nº.10 - agosto 2010

El ciego

En el paso subterráneo, entre los Jerónimos y el monumento a los Descubridores, tiene su hogar y su trabajo un hombre ciego. Cuando llega la mañana se levanta de su lecho de cartones y, con mucho cuidado, sale al parque cercano. Se lava en la fuente lo mejor que puede y regresa enseguida al túnel.
Canta dulces melodías con una voz sorprendentemente juvenil. Un buen puñado de antiguos fados nutre su repertorio. Clava los ojos vacíos a un cielo invisible para los que solo vemos una cúpula de ladrillos sucios y gastados.
La voz del viejo se extiende por todo el paso en un amable eco y navega a los buenos tiempos de la juventud perdida. De vez en cuando, el sonido metálico de una moneda que cae en la lata que tiene a sus pies le hace sonreír.
Una vez lo quisieron ingresar en una residencia de ancianos, pero se negó a hipotecar la libertad por una cama blanda y un plato de sopa caliente.
 
Víctor Manuel Jiménez Andrada
Publicado en LB n. 0 

Un trozo de carne


 
Era un hombre poderoso, rico e inteligente. Paseó su talento por medio mundo, despertando admiración y envidia. Un buen día, en un safari en Kenia, se rezagó del grupo y se perdió. Con el primer ser vivo que se encontró fue con un león. Aquel hombre tan importante pasó a ser una mera ración de carne, de más bien poca calidad comparada con las tiernas gacelas.
 
Víctor M. Jiménez Andrada
Publicado en AVP 24/9/2012

Carreteras secundarias

Hoy, el navegador me ha hecho recorrer seis o más veces la misma rotonda. Insistía en dirigirme a una carretera que estaba cortada por obras. Creo que en la vida sucede lo mismo, en muchas ocasiones damos vueltas a algo sin encontrar la salida, por más empeño que le pongamos. Al final decidí aventurarme por un laberinto de carreteras rurales, estrechas y mal asfaltadas. Dicen que la meta aguarda tras el camino más difícil, pero me perdí en un racimo de cruces sin señalizar. Es terrible oír la voz metálica y repetitiva del navegador: “Gire cuando sea posible”. Eso hubiera querido yo, girar, pero ya no había manera, me había metido hasta el cuello en aquel embrollo. Así estuve durante más de media hora, y cuando mi paciencia comenzó a hundirse sin remedio, la mano anónima y amiga de un camionero local me sirvió de guía, para demostrarme que la ayuda puede venir de la forma más inesperada. Me hubiera gustado abrazar a aquel hombre, pero no tuve la oportunidad. Lo seguí durante varios kilómetros y al llegar al cruce que indicaba en letras grandes la autovía que debía tomar, cada uno continuamos nuestro camino. La carretera marca sus normas.


  
Víctor M. Jiménez Andrada
Publicado en Cáceres en tu Mano 28/agosto/2012

El curso del 91

Esto está muy oscuro. Creo que ya nadie se acuerda de mí. Yo, que siempre estuve en el centro de los mejores acontecimientos. Pero ahora, miradme, aquí olvidado en una caja de cartón en el fondo del trastero, con un montón de cacharros inútiles de aquella época y de otras anteriores. El curso del noventa y uno fue fabuloso. Teníais que haberme visto. Llegué a aquel piso de estudiantes de forma casual. Compraron varias botellas en el supermercado de la esquina para celebrar el reencuentro entre ellos y el tendero me regaló. Aquellos chicos fumaban mucho y siempre me tenían lleno de colillas. Bien hice mi oficio durante los meses que estuve allí. Alguna vez, cuando ya se derramaba la ceniza por mis bordes, un alma caritativa me vaciaba y me pasaba bajo el refrescante chorro del grifo de la cocina. Fui el mejor compañero de estudios, de tertulias y también de fiestas, porque todos recurrían a mí los viernes y sábados por la noche, cuando en el piso se juntaban más de veinte personas. El tiempo pasó volando, llegó junio y el reparto de enseres comunes, entre los que me encontraba. Los chicos me rifaron y terminé en casa de un aspirante a juez. Aún le acompañé mucho tiempo sobre su mesa de estudio. Luego sacó las oposiciones, se casó y se fue a vivir lejos, pero me llevó con él, como un trofeo. Al poco tiempo dejó de fumar y mi presencia le inquietaba y debilitaba su voluntad. No me tiró a la basura porque le traía buenos recuerdos, pero me quitó de su vista y me enterró en esta tumba desde la que ahora os hablo. Sé que mis días pasaron y que en cualquier momento, en una de las limpiezas periódicas, alguien verá mis colores desvaídos y requemados y terminaré formando parte de los residuos de los que hay que deshacerse, pero al menos me queda el consuelo de haber vivido mucho.


  
Víctor M. Jiménez Andrada
Publicado en Cáceres en Tu Mano 7/sep/2012

El tren

Nunca supo si aquel tren era el primero de la mañana o el último de la noche. Según la época del año, a esa misma hora podía brillar el sol o reinar la más absoluta oscuridad. Pero él seguía su costumbre invariablemente, aunque ahora, con los pies lastrados por los años, le costaba más trabajo apearse y subir en cada estación.
  


Víctor M. Jiménez Andrada
Publicado en AVP 11/sep/2012

Pinceladas de Porto

  
El Duero se desangra en Porto recorrido por barcos que cargan en viejos toneles de madera el néctar de los dioses. Los edificios salpican las orillas con el olor de la vida que los empapa. Un poco más allá, el inmenso Atlántico aguarda para abrazar las aguas dulces con el amor de las madres de los marineros muertos en los temporales.
En Porto, las risas son las piezas de un rompecabezas que encajan con otras piezas grises, como ocurre en cualquier otra ciudad del mundo, pero aquí las calles son como niños que se empinan para distinguir el desfile de barcas de colores que recorren el Duero en su último suspiro.
En la parte alta, la Torre de los Dos Clérigos se alza con la arrogancia de un dios, sin saber que ha sido construida con el sudor y el oro de los hombres que un día soñaron con conquistar el cielo.
Más abajo, a las orillas del río, donde un enjambre de restaurantes se ofrece a los turistas, sobre un muro triste, hay apoyada una bicicleta comida por el salitre que parece que alguien rescató del fondo de las aguas. Una bicicleta que cuenta una historia de muchos años atrás, cuando Porto estaba menos transitada por los visitantes extranjeros. Quizás tengo que pararme a escuchar lo que me dicen cada una de sus piezas, pero el tiempo que me limita me susurra que es el momento de seguir mi camino.

  
Víctor M. Jiménez Andrada
Publicado en Cáceres en tu mano, 7/agosto/2012

Qué no es escribir un libro

Escribo desde niño. Es algo inevitable que siempre me ha acompañado. Tengo, digámoslo así, la semilla necesaria en el interior (que, por otro lado, no vale de nada si no se cultiva). En todo este trayecto, como bien se pueden imaginar, se intercalan temporadas en las que no construyo una sola línea con otras temporadas en las que escribo a diario.
Hace muchos años, se me ocurrió mirar toda mi producción y me quedé maravillado: había muchas páginas. La cosa olía a algo grande. Comencé a recopilar cuentos en el procesador de texto y a ponerlos unos detrás de otros. Cuando llegué a unas cien páginas, me preparé un índice, cambié el formato de impresión y el tamaño de la letra (con lo que el volumen se incrementó notablemente). Le coloqué un título que debió parecerme magnífico y del que afortunadamente no me acuerdo, y después lo imprimí. Ya tenía escrito mi primer libro. Podía llamar a todos mis amigos y familiares y darles la gran noticia. Además la tarea me había parecido muy sencilla, casi banal. A este ritmo, pensé, puedo escribir varios libros en un año.
Nada más lejos de la realidad. Aquellos textos estaban en bruto, tal y como los había perpetrado en su día, no estaban pulidos ni corregidos (más tarde supe lo duro y necesario que es este trabajo). Lo que tenía en las manos solo era un montón de cuartillas, encuadernadas en canutillo, con unos bocetos toscos de cuentos plagados de fallos en cada párrafo.
Menos mal que fui prudente y no se me ocurrió divulgar aquella cosa, porque pasado un tiempo —y la fiebre del ego—, volví a leer “la obra” y comprendí mi error.
Reconozco que me sentí un poco decepcionado, pero con aquel primer intento aprendí qué es lo que no hay que hacer.
 
Víctor M. Jiménez Andrada
Publicado en Cáceres en tu mano 16/5/2012

Exhibicionismo


  
Le gustaba vestirse frente a la ventana. Descorría las cortinas para que la luz penetrara con fuerza. Se tomaba su tiempo y se recreaba en cada gesto. Le excitaba el hecho de que alguien pudiera mirar. Poco le importaba que la ventana diera a un gran desierto desolado donde no había un alma.
 
Víctor M. Jiménez Andrada
Publicado en AVP 26/7/2012
Ilustración: Imaginando-José Barbosa

No es más rico el que más tiene

¿Ha pensado usted que haría si llega a sus manos una gran cantidad de dinero? ¿Pagaría la hipoteca de golpe?¿Se compraría aquel coche que tanto le gusta?¿Se iría de viaje?¿Se trasladaría a vivir a la costa?¿Mandaría a la porra al insoportable de su jefe o a su cónyuge, llegado el caso?
Sabemos que el dinero no da la felicidad, o al menos esgrimimos esta frase cuando uno comprueba, no sin cierto fastidio, que al boleto de lotería, guardado con tanta ilusión a los pies de un San Pancracio de plástico made in China, no le ha correspondido ni un miserable reintegro. En esos momentos nos agarramos a la salud, como un consuelo o como una tabla de salvación ante la tristeza que nos provoca seguir en la misma situación económica. Estamos en un país donde se participa mucho en los juegos de azar, quizás porque albergamos la esperanza de que algún día nos llegará un golpe de suerte que nos cambiará la vida.
Los medios de comunicación se encargan de ponernos la miel en los labios cuando emiten programas en los que los ricos más ricos —y exhibicionistas, porque también hay ricos discretos— muestran sin pudor sus casas, sus coches, sus yates y sus zonas favoritas de compras, como sin darle importancia a nada. Ahí entra en juego una doble lectura. Mientras que los contemplamos con envidia y cierta indignación, no percibimos que de igual forma nos pueden mirar los habitantes de zonas menos favorecidas.
¿Cómo mirarán desde el África más pobre nuestra forma de vida?¿Verán derroche en lo que llamamos sociedad del bienestar?¿Se reirán, con cierta ironía, de la “grave crisis económica” en la que estamos sumergidos? Seguramente también nos observen con una mezcla de envida e indignación. No nos paramos a pensar que las mismas acciones que nos parecen frívolas en los más pudientes, las llevamos a cabo ante los ojos de quienes tal vez no tienen ni un trozo de pan que llevarse a la boca.
La humanidad, así dispuesta, forma una pirámide en la que se tiende a mirar al que está arriba. Una pirámide en la que es complicado señalar la cima, porque incluso el que se acomoda en la cúspide, tendrá algo que envidiar de la fortuna del prójimo. Lo queramos o no, hay muchas diferencias entre los habitantes de este pequeño planeta. Sin embargo, hay algo que nos iguala. Cuando uno palma, por mucha riqueza que haya atesorado, se va al otro barrio sin nada, en pelotas, tal y como vino al mundo y esto es una realidad que no admite discusión. A lo mejor es hora de darse cuenta de que no es más rico —ni más feliz— el que más tiene, y disfrutar del día a día.
  
Víctor M. Jiménez Andrada
Publicado en Cáceres en tu mano 7/5/2012

Codicia


Un día quise robarle el chupachús a un niño. Yo no tendría más de seis años, pero codiciaba aquel caramelo y odiaba a su dueño. Poco me importaba que estuviera lleno de babas, lo quería para mí. La historia terminó con la golosina por los suelos, el chiquillo con un buen sofocón y yo castigado. Años más tarde me ocurrió algo parecido con la mujer de mi jefe, pero esta vez las cosas fueron mejor.
 
Víctor M. Jiménez Andrada
Publicado en AVP 9/7/2012
Ilustración: Pura golosina. Tomás Taure Alonso

Publicidad engañosa

   La megafonía lo anunciaba como algo nunca visto. Unos enormes carteles pintados mostraban fabulosas escenas de lo que supuestamente acontecía en el interior de la caseta. Compró la entrada y atravesó la tupida cortina hecho un manojo de nervios. Allí no había más que media docena de animales famélicos, apestosos y adormilados en el interior de jaulas infames. Fue una de las primeras decepciones de su vida.
 
Víctor M. Jiménez Andrada
Publicado en AVP 25/6/2012

1 de septiembre. Escritores por Ciudad Juárez

Evento: II Encuentro de Escritores por Ciudad Juárez.
¿Dónde?: Convocatoria Internacional. En Cáceres: Ateneo (C/ San Petesburgo, 14).
¿Cuándo?: Sábado 1 de septiembre 2012, a las 11:00 h.
Más información: http://caceresporciudadjuarez.blogspot.com.es/


Sabios consejos

"Desde luego, si la niña fuera mía, no iba a la fiesta.”. ”Cómo se te ha ocurrido comprarte el coche con la que está cayendo”. ”Mejor que estudies Derecho porque de profesor de lengua no te veo y vas a estar en el paro media vida”. ”Mira, te soy sincero, como amigo: no me gusta nada la chica con la que estás saliendo”.... Y así recibimos cientos y cientos de consejos, que muchas veces vienen de las personas menos indicadas. Nos callamos los que tenemos más vergüenza, aunque en nuestro interior un duende nos pincha y realmente nos gustaría contestar algo así, según los casos: “Pues sí, la niña va a la fiesta. Lo primero porque soy su padre, lo segundo porque me ha pedido permiso y lo tercero porque tú no tienes ni puñetera idea de lo que es tener hijos”. “Sí, me voy a comprar el coche con la que está cayendo porque tengo la pasta, que para eso he ahorrado, porque yo con mi dinero hago lo que quiero y porque tú no tienes ni carné, ni sabes de lo que hablo cuando digo que mi coche, con veinte años, ya ha prestado su servicio y hay que cambiar”. “Estudio Filogogía porque me da la gana, porque voy a estar igual en el paro con una cosa que con otra y porque, al menos, no me quedará la espina clavada que te ha quedado a ti, que no pasaste de la EGB”. ”Si a ti no te gusta mi novia (que por otro lado tampoco te tiene que gustar), a mi tampoco me gusta tu mujer porque es un poco corta de entendederas, solo sabe fundir tarjetas de crédito cada vez que tiene algún capricho y además se ha acostado con la mitad de tus amigos”. Sería tan sencillo responder con la misma sinceridad que recibimos los consejos. ¿Qué nos lleva entonces a guardar silencio ante estos comentarios y en el peor de los casos, dar incluso la razón al consejero con leves asentimientos de cabeza? No sé si hay respuesta, pero cada uno es de una forma diferente y , como en la misma naturaleza, hay extremos que se compensan. Yo solo espero que, con estas líneas, alguno se dé por aludido y sepa lo que pienso del asunto. A todos nos gusta recibir consejos, pero cuando los pedimos. Me aplicaré también la receta, por si alguna vez he sido un consejero impertinente.
  
Víctor M. Jiménez Andrada
Publicado en Cáceres en tu mano, 20/agosto/2012

Tácticas pasivas

Los dos ratones se miraron fijamente. Ambos codiciaban el trozo de queso que había entre ellos, pero ninguno se atrevía a dar el primer paso por miedo a que su adversario se le anticipara en una maniobra rápida. Pasaron los días y el queso se pudrió y se desvaneció en polvo. Los ratones se quedaron eternamente en la misma posición sin ser capaces de mover un músculo.
 
Víctor M. Jiménez Andrada
Publicado en Avuelapluma 11/6/2012

El comprador de almas


El anciano estaba sentado en un banco del parque. A su lado había varios objetos de segunda mano expuestos sobre una toalla vieja. Me llamó la atención un cartel que anunciaba con mala caligrafía: “Se vende disco duro de 320 Gb”. Me acerqué, no sé muy bien porqué, y pregunté el precio. Por quince euros me llevé el aparato a casa. Mi sorpresa fue mayúscula cuando comprobé que el disco no estaba formateado y ante mí aparecieron los cientos de datos que contenía. Me sentí como el diablo cuando le venden un alma.
  
Víctor M. Jiménez Andrada
Publicado en Avuelapluma 28/5/2012
Ilustración: Conexión. José Luis Rodríguez Yaiba

La importancia del lenguaje

Cuando hacemos uso del lenguaje, sabemos que hay que valorar el fondo y la forma; cuidar qué se dice y cómo se dice. Es algo que nos enseñan desde la escuela. No es lo mismo decir, si un chiquillo está atragantado, “San Blas, San Blas que se ahoga este animal”, que decir “San Blas Bendito, que se ahoga este angelito”.
Me refiero a esto porque hace unos días tuve que acompañar a un familiar al servicio de urgencias de un hospital; estábamos esperando a que llegara nuestro turno cuando oí por megafonía lo siguiente: “Fulano de Tal, pase a la sala de clasificación”. Me quedé un poco descolocado. Por un momento, pensé en los pacientes como productos agrícolas o, lo que es peor, ganaderos. Había entre los presentes un hombre, que parecía conocer bien los oficios del campo, que comentó entre dientes: “Nos consideran como si fuéramos ovejas”. No le faltaba razón viendo el trato verbal recibido.
Lo de “clasificar”, aún siendo realmente lo que hacen en esa sala, me parece una palabra fuera de lugar. Sería mucho más adecuada y elegante utilizar la denominación “sala de valoración”. Siempre es mejor que a uno lo valoren a que lo clasifiquen. Aunque el trabajo del médico sea exactamente el mismo y el resultado no cambie, ya es una actitud positiva, cuando uno está pasando un mal trago, la referencia con términos más afines a la especie humana.
Tal vez estoy exagerando un poco y en todos los hospitales españoles a esta sala la llamen por convenio “de clasificación”. En cualquier caso, no deja de sonarme extraño y despectivo.

Víctor M. Jiménez Andrada
Publicado en Cáceres en tu mano 7/6/2012

Cuidado dónde tiras tu pasado



Pedro arrojó su pasado al váter y tiró de la cadena. Pero su pasado se unió a otros pasados desechados y se formó un bloque compacto y denso. Las cañerías se atascaron y terminaron por reventar. Entonces, por todo el vecindario se extendió un terrible olor a podrido.
 
Víctor M. Jiménez Andrada
Publicado en Avuelapluma 14/5/2012 
Ilustración: Vamos camino a. Estela Bartoli

Juegos complicados

 

Se separó de su mujer y se casó con la de su amigo. Pasó el tiempo y su ex mujer y su ex amigo comenzaron a salir. Supo que tenía un problema cuando volvió a desear a la que había sido su esposa.
  
Víctor M. Jiménez Andrada
Publicado en Avuelapluma 14/5/2012
Ilustración: La cama amarilla. Franco Alberto Bongianino

Medallas

Hoy he soñado con un mundo diferente. Era una sociedad en la que no se miraba a las personas por su rango sino por su valía, su compromiso, su formación y su esfuerzo. En las organizaciones primaba el trabajo en equipo bien desarrollado y se buscaban objetivos comunes. Cada individuo, cada uno de los eslabones, era parte importante de la cadena y todos eran apreciados y necesarios.
Desafortunadamente desperté de mi sueño con el brillo de una vieja medalla, ganada de forma más que dudosa, deslumbrando mis ojos. Una medalla colgada en el pecho de un lagarto que pasa sus días tirado al sol con la barriga bien llena, en su reserva de animales protegidos. Me avergoncé de mi propia ingenuidad y me dije: “¿tanto tiempo aquí y todavía no has aprendido las reglas del juego?”
En ese momento, unas palabras desagradables y estridentes mostraron la ausencia de galones en mi hombro y pararon mis pies, pero no consiguieron amedrentarme ni enmudecer mi lengua.
  
Víctor Manuel Jiménez Andrada 
Publicado en Cáceres en tu mano 13/6/2012

Nadando entre tiburones

Nos piden más sacrificios. Nos exigen que nos apretemos el cinturón, que hagamos más por menos y que renunciemos a los derechos adquiridos tras mucha sangre derramada y largos años de lucha. Nos hacen culpables de sus culpas. Sin embargo, en ellos no vemos respuesta, ningún gesto que nos anime, nada. Los ladrones y estafadores siguen haciendo de las suyas protegidos por el sistema. La justicia mira para otro lado y algunos que dicen representarla, también se llevan su buena parte del pastel. Se ataca al débil y el poderoso queda indemne. El aire huele a veces a otras épocas que creíamos superadas.

Nos toca pagar la factura de lo que otros han roto. Del despilfarro no se ha beneficiado el pueblo, nos han engañado y solo unos pocos bolsillos han tenido buena cosecha. Los demás hemos vivido en un espejismo, embobados por el brillo falso y efímero de los fuegos artificiales, persuadidos por palabras dulces que pronunciaban lenguas bífidas. Ahora los ricos son más ricos, los pobres más pobres y la clase media está agonizando.
Ha quedado demostrado que no funcionan las medidas tomadas, que a lo único que nos llevan los despropósitos del gobierno es a la más absoluta ruina y a hipotecar nuestro futuro y el de nuestros hijos. Encima se rien de nosotros y de los harapos que nos visten. No nos respetan y nos insultan desde las tribunas a las que han llegado gracias al pueblo. Los ciudadanos somos trozos de carne flotando en un mar turbio que está infestado de tiburones. Nadie nos explica de qué va esto y los que debían protegernos nos ponen el pie en el cuello para hundirnos más.
Ya hemos soportado bastante. Es el momento de salir a la calle, de gritar, de llamarles a la cara lo que son y de exigirles responsabilidades.
 
Víctor M. Jiménez Andrada.
Publicado en Cáceres en tu mano 17/6/2012

Objetivos

 
Vivía encadenado a las obligaciones y las prisas. Su existencia se limitaba a acaparar bienes que rara vez podía disfrutar. Un día oyó a alguien que dijo: “De aquí a cien años, todos calvos”. Desde entonces ha vuelto a sentir la brisa fresca con la que amanece cada día y trabaja lo imprescindible.
 
Víctor M. Jiménez Andrada
Publicado en Avuelapluma 30/4/2012
Ilustración: Dibujo del natural sin terminar. Juan Carlos Cafferatta.

El invento


Inventó un aparato para medir el amor. Le pareció un descubrimiento maravilloso, pero al probarlo pudo ver, con espanto, los niveles verdaderos de este sentimiento. Muy a su pesar, destruyó el artilugio y prefirió que el mundo siguiera alimentándose de hipocresía.
  
Víctor M. Jiménez Andrada
Publicado en Avuelapluma 30/4/2012 
Ilustración: Mitsumi. Karla Zequineli

Medir las fuerzas

 
Cuatro chicos de un curso superior la habían tomado con él. Era bajito, delgado y con gafas. Cada recreo le robaban el bocadillo y se lo comían delante de sus narices. Nunca lo denunció a ningún profesor. Un día, después del recreo, los cuatro gamberros tuvieron que ser atendidos en la enfermería con fuertes dolores de barriga y una diarrea imparable. Eso les enseñó a no volverse a meter con el hijo del farmacéutico.
   
Víctor M. Jiménez Andrada.
Publicado en AVP 19/03/2012 
Ilustración: Mis amigos de la infancia. Marco Ortolan.

Deseos vanos

Te veo cada mañana, me cruzo contigo por la calle. Hoy he retenido la marcha disimuladamente y he esperado a que llegaras a mi altura antes de atravesar por el paso de peatones de siempre, para que mis ojos recorrieran por un breve instante tu cuerpo. No sabes cuánto me gustaría contarte esto. Cualquier día me decido y, aunque te sorprenda, rompo el hielo que nos rodea a esas horas tan tempranas. Pero sé que es imposible, porque tu no existe y yo tampoco.
  
Víctor M. Jiménez Andrada Publicado en AVP 20/2/2012
Ilustración: El deseo. Ezequiel Trevisi

La protesta

Pensó que desnudarse en mitad de la calle era una buena forma de protesta. Solo consiguió un puñado de miradas lujuriosas sobre su piel pálida, algún que otro desprecio, una fotografía a todo color en el periódico local, unos días de fama efímera, un buen resfriado y una denuncia por escándalo público.

Víctor M. Jiménez Andrada.
Publicado en AVP 16/4/2012
Ilustación: Desnudo frente el espejo. Juan Jose Ivars Bertomeu

  

Una pompa de jabón

La pompa de jabón se desplazó suave y temblorosa a un par de metros del suelo. El hombre pudo distinguir sobre la superficie jabonosa el reflejo de su rostro. En un instante, él desapareció sin dejar rastro, pero su imagen quedó atrapada para siempre en la delicada burbuja.

Víctor M. Jiménez Andrada.
Publicado en AVP 16/4/2012.
Ilustración: Vicens Tort Arnau

Reinos frágiles

 
Se sentía poderosa y temida. Sus deseos eran órdenes para los súbditos. Pero su reino era minúsculo, casi ridículo, y bastó un suspiro de mariposa para derrumbar el palacio que se había hecho construir sobre pilares de cristal.
  
Víctor M. Jiménez Andrada. 
Publicado en AVP 19/3/2012
Ilustración: Trasnformaciones-Alcón peregrino. Adriana Gutiérrez

Abril

Cuando abril salpica el aire del aroma de las flores y de los versos escritos por los viejos poetas, en mi cabeza se confunden los años e irremediablemente viajo a otra primavera que yace enterrada bajo un montón de hojas amarillas de calendario.
La esencia de ahora y la de antes no es la misma, pero de alguna forma se le parece. Yo tampoco soy el mismo, y tal vez no me asemeje a ese otro que un día fui. Sin embargo, como una fotografía desvaída, me rememoro en los días en los que vivía entre el filo del primer beso y la burla de los que aún no habían zarpado a la aventura.
Se me ha perdido la imagen de muchos rostros, entonces casi infantiles, pero no aquellos nombres que aparecían escritos con tiza, dentro de un corazón, en la pared menos discreta de la calle. Creo que fueron muy pocas las ocasiones —si es que hubo alguna— en las que mi nombre salía a escena. El anhelo del primer amor escocía y picaba como cuando me rozaba las rodillas jugando al fútbol en un campo de tierra que más parecía una escombrera.
Hoy son otros los que están en la frontera de ese abril, porque todo es un ciclo y todo se sucede como las estaciones, como la vida.
 
Víctor M. Jiménez Andrada
Publicado en Cáceres en tu Mano, 16/abril/2012

Costumbres desagradables

Anabel no soportaba el vicio de su compañera Pepa de leer en voz alta las esquelas del periódico. Se recreaba haciendo comentarios sobre la edad de los finados de turno y la comparaba constantemente con la suya. No ahorraba en detalles escabrosos sobre las causas posibles de las defunciones. Por suerte para Anabel, aquella costumbre se perdió el día que apareció publicada la esquela de Pepa en el diario local.
 
Víctor M. Jiménez Andrada Publicado en AVP. 5/3/2012

El miedo

El miedo es el título de uno de los relatos más conocidos del escritor uruguayo Eduardo Galeano. En el mismo describe magistralmente, en apenas cuatro líneas, el sufrimiento de un pequeño conejo de indias al que le abren la puerta de la jaula. Cuando el animalito ve la posibilidad de escapar, le produce tanto terror lo que hay más allá de los barrotes, que se queda quieto, en su sito, temblando.

Los políticos, reforzados por los medios de comunicación, se dedican a pregonar a los cuatro vientos lo mal que van las cosas, el déficit tan tremendo que sufrimos, el número de parados, la falta de solvencia económica, la pobreza... y aún vaticinan tiempos peores. Uno se imagina el futuro a corto plazo como un Apocalipsis terrible. Si bien es cierto que estamos sumergidos en una grave crisis, parece que unos y otros pretenden usar estos argumentos para justificar cualquier tipo de recortes, de rebajas salariales y de disminución en los derechos sociales que tantos años de lucha han costado conseguir. Infunden miedo en la gente, en el ciudadano de a pie, que se ve al borde de un abismo oscuro y desconfianza en el emprendedor, que no se atreve a dar el primer paso por no hundirse en arenas movedizas.
 
El miedo echa raíces en cada individuo, que a su vez se encarga de contagiar a otros. El temor al futuro nos está encadenando, enjaulando en un presente en el que nos dedicamos a vivir con el espíritu mermado. En estos tiempos, parece que el cuento de Galeano está más de actualidad que nunca. Somos como el pequeño conejo de indias, que ante el desconocimiento de lo que hay más allá y ante las perspectivas que otros auguran, ni siquiera se plantea dar un paso hacia un nuevo horizonte, hacia un destino que de alguna manera controle. El miedo nos tiene paralizados y mientras tanto, quienes se aprovechan de las circunstancias, siguen haciendo caja.

Víctor M. Jiménez Andrada
Publicado en Cáceres en tu mano, 1/03/2012

Desescombro

 
Uno de los albañiles que trabaja en la casa de al lado, baja con una carretilla llena de escombros y los deposita en un contenedor de obras situado en la calle. Ignora que en cada carretilla carga también historias pasadas, aunque no pesen en sus manos. Eso lo sabemos los que leemos más allá del polvo y los cascajos.
  
Víctor M. Jiménez Andrada
Publicado en AVP 5/3/2012
Ilustración: Pasaron los años.Isabel Beatríz Ferrario 

Cuando fuimos tan crueles

A la hora del recreo, hay siempre un niño solo en el patio. Todos los demás juegan mientras él se refugia en un rincón. Mira a los otros con una mezcla de envida, admiración y vacío, muy quieto, como si temiera ofender a alguien. Tiene nueve años y ya sufre la herida que tendrá abierta toda su vida. Es diferente a los demás y lo rechazan por eso. No se le dan bien las matemáticas, ni la lengua, ni siquiera la gimnasia. Sin embargo, no le falta una sonrisilla en la cara cada vez que alguno le llama por su nombre, aunque sea para burlarse de él.
Lo recuerdo así, paradito, mirando fijamente con aquellos ojos grandes y desproporcionados. Eran principios de los años ochenta y estábamos en cuarto curso. Por entonces las cosas funcionaban de otra forma. Había un profesor al que le gustaba ridiculizarlo delante de todos. Le hacía que se tumbara en el suelo, que saltara, que cantara con su vocecilla aguda, que hiciera el mono... Los demás nos reíamos a carcajadas y aquellos momentos eran los más felices del día en nuestros pequeños y crueles corazones. Ahora me parece que fui cómplice de algo horrible, pero yo era “normal”, como mis compañeros, y había que despreciar al diferente. Existían normas no escritas que justificaban nuestra conducta.
Vergüenza. Ese es el sentimiento que sobrevuela mi cabeza cada vez que algún recuerdo al azar me trae las imágenes de aquel niño que un buen día desapareció del colegio y que nunca más volvimos a ver. Finalmente supimos que sus padres habían aceptado la realidad y se lo habían llevado a otro sitio donde le pudieran ayudar. Por desgracia, del profesor solo conservo su estampa despiadada. No digo que aquel hombre no tuviera también valores positivos, pero jamás me llegaron a calar sus enseñanzas.

Víctor M. Jiménez Andrada
Publicado en Cáceres en tu mano, 22-feb-2012

Vocaciones extrañas

Llegó a casa cargado de pinturas, lienzos, pinceles y un caballete. Compró el mejor material que pudo. Vació una habitación y en el centro dispuso todo lo necesario para trabajar. Cuando se sentó frente al lienzo en blanco, con la paleta de pintura en una mano y un pincel en la otra, se dio cuenta de que no sabía pintar.
   
Víctor M. Jiménez Andrada Publicado en AVP 20/2/2012

Elegir

Hay muchas ocasiones en la vida en las que es complicado decantarse por una postura determinada. Elegir un camino condiciona y más cuando uno titubea en la encrucijada, sobre todo si los argumentos de las partes enfrentadas tienen razón. ¿Puede ser algo blanco y negro a la vez? Si entendemos la verdad como relativa, sí.
Me parece que a mi edad, tengo las ideas asentadas, pero sobre esa base más o menos fuerte, se construyen torres de cristal que amenazan con desmoronarse con la brisa más leve.
Hace mucho tiempo —tendría yo unos veinte años—, creía tener unos principios sólidos, asentados sobre rocas firmes. Veía a mi alrededor a mucha gente perdida, sin ese faro que marca con claridad el rumbo a seguir en las noches más cerradas. Pensaba que tenía suerte porque no era como esos pobres naúfragos que buscaban en mitad de la nada un tablón al que agarrarse. Estaba contento con mi forma vivir. Pero habitaba entonces en una isla y no lo sabía. Mi mundo estaba separado de los otros y sin se consciente, había construído mis pilares en terreno volcánico.
Lo que ocurrió después, cualquiera se lo puede imaginar. Primero fue un temblor de tierra, suave, casi inapreciable, luego un latigazo y al final, la temida erupción que arrancó de raiz mis cimientos.
Por eso digo que es tan complicado elegir, porque los principios en los que se fundamenta el pensamiento pueden cambiar con un movimiento bajo los pies. Nadie está exento de esto y de hecho, vemos ejemplos a nuestro alrededor cada día.
Esta reflexión viene a cuento porque he llegado a la siguiente conclusión: me cuesta adoptar una postura determinada. Hay momentos, en los que con toda rotundidad, señalo mi preferencia, pero hay otras muchas veces, en las que no sé por dónde ir. Entonces me siento molesto, porque no solo pienso en mí, sino en lo que los demás pensarán y ahí está mi verdadero dilema y mi error.

Víctor M. Jiménez Andrada
Publicado en Cáceres en tu mano, 26/03/2012

EDITA 2012

XXII Encuentro Internacional de Editores Independientes
Punta Umbría, Huelva 3, 4 y 5 de mayo de 2012

EXPOSICIONES Vestíbulo del Teatro del Mar
Horario: 10:00h a 14.00h y 17:00h a 21:00h. 
* Exposición y venta de libros de las editoriales participantes

* “Libros de artista y diseños personalizados: Vestir en Verso”
Marta Torre-Marín “Tucha”, De-Autor (San Lorenzo de El Escorial, Madrid)

* “Objetos de conciencia”
M. Lucas González Toro, Revista Laurel (Escacena del Campo, Huelva)

* Actuaciones de danza folclórica Mª Elena Saldarriaga de Sabaneta, Colombia y Carla Badillo Coronado de Quito, Ecuador

JUEVES 3 de mayo
19:00h. Inauguración 
 
19:30h. Teatro del Mar
*Almiranta Ediciones (Aljaraque, Huelva) Francisco Ruano, Angel Poli y Claudio Lozano “Retorno al códice”
*Poesía en la distancia (Aljaraque, Huelva) Pedro J. Martín Pedrós, Lupe García Anaya y Adolfo Morales “A tu encuentro”
*Amaranto (México D.F.) Sonia Silva-Rosas “El compromiso del editor independiente: entre la publicación virtual y el libro impreso”
*Ítaca Editores (Medellín. Colombia) Andrés Uribe Botero “Presentación de Ítaca Editorial y del libro El espejo es otro”
*Colección Insurgentes (Aljaraque, Huelva) Rafael Delgado, Santiago Aguaded y Uberto Stabile “La autoedición como alternativa”

23:00h. El Casino Recitales, performances y microconciertos
1ª Parte : Mohamed M. Hammu (Moguer) * Francisco Ruano (Huelva) * Angel Poli (Huelva) * Claudio Lozano (Huelva) * Raúl Talavera (Punta Umbría) * Sonia-Silva-Rosas (México D.F.) * Mauricio Quintero (Envigado, Colombia) * Antonio Flores (Ciudad Juárez, México) * Yolanda Pérez Herreras (Madrid)“Cuanto más cerca más improbable hacerse daño & II”

2ª Parte: Bárbara Zagora Cumpián (Málaga) * Rodolfo Franco (Sao Paulo, Brasil) “Memorias de un pendón” * Carla Badillo (Quito, Ecuador) * Victoria Moreno (Sevilla) * Silvana Tobón (Medellín, Colombia) * Braulio García Noriega (Oviedo, Asturias) * Isis Samaniego (Jalapa, México) * Itziar Rekalde (Vitoria-Gasteiz, Alava) “Pensar en piedra” * Mary Zurbano (Victoria-Gasteiz, Alava) “(sin...)”

VIERNES 4 de mayo
10:00h. Teatro del Mar
*Endora Ediciones (México DF.) Manuel de Atocha Berzunza Baeza “Aportaciones mayas al idioma español”
*Corporación Otraparte (Medellín, Colombia) Mauricio Quintero “Presentación del fondo editorial Otraparte”
*Plataforma de Artistas Chilango Andaluces (Sevilla/México) Iván Vergara “Edición expandida: nuevos modelos de editoriales de vinculación”
* Editorial Consulcom (Aljaraque, Huelva) Julio Martínez “Presentación editorial”
*Didop (Sevilla) Ana Mª Uruñuela y Esther García “Educación para el optimismo”
*Árbol de Poe (Málaga) Francisco Cumpián “Colección Torre de Gálata”

12:30h. Teatro del Mar
*Dos poemas y un café (Madrid) J. Seafree “Fábula y Templanza”
*La Ternura A.C. (Madrid) Johanna Spedidel “Do it yourself III:Videpoema”
*A Fortiori Editorial (Bilbao) Nati de la Puerta “La Oficina de las Causas Perdidas y la Poesía Efímera”
*Dulcinéia Catadora (Sao Paulo, Brasil) María Lutterbach “Editorial Dulcinéia Catadora: Arte-activismo e Integración Social”
 
17:00h. Teatro del Mar
*Jekyll & Jill Editores (Zaragoza) Jessica Aliaga Lavrijsen “Libros fetiche en tiempos cambiantes”
*Editorial Sloper (Palma de Mallorca) Juan Pardo Vidal “Revista literaria, una herramienta editorial”
*Merz Mail (Barcelona) Pere Sousa “125 años de Merz”
*La Única Puerta a la Izquierda (Sestao, Bizkaia) Juanje Sanz “ex!poesía 2012”
*La Última Canana de Pancho Villa (Oviedo, Asturias) Javier Berros y Juanjo Barral “Dando la chapa”
*Geocultura, Desarrollo Sostenible (Medellín, Colombia) Silvana Tobón “Edita Colombia, un Puente Cultural Iberoamericano hacia la Bibliodiversidad y presentación del fondo editorial de la Casa de la Cultura la Barquereña””

19:30h. Teatro del Mar
*Homenaje a Rui Costa (1972-2012)
*Fundación Casa de Hierro (Barranquilla, Colombia) Faleymi Delgado “Presentación de la Fundación Casa de Hierro: ciudad sensible, ciudad humana””
*Jaula de Grillos (Granada) Ybare Seco Chocano “Una mirada a Edita”
*Escritores por Ciudad Juárez (Ciudad Juárez, México) Antonio Flores

23:00h. El Casino Recitales, performances y microconciertos
1ª Parte: Mª Jesús Fuentes (Ceuta) “Palabras rotas” * Agustín Calvo Galán (Barcelona) “Acciones mínimas y poemas” * Liliana Pedroza (Chihuahua, México) * Ana Ibáñez (Córdoba) * Paqui Jiménez Yepes (Córdoba) * Ivan Vergara (México) * Albert Lladó (Barcelona) * Jordi Corominas i Julián (Barcelona) “El stripper ayurvédico” * José Landa (San Francisco de Campeche, México) * Matía Muñoz (Madrid) * Cristobal López (Madrid) * Jon Andoni Goikoetxea (Barakaldo, Bizkaia) “Oda a todas las patatas” 
 
2ª Parte: Fernando Castro Branco (Bragança, Portugal) * Jorge Melícias (Bragança, Portugal) * Roberto Carlos Fonseca (México D.F.) * Ferrán Fernández (Barcelona) “Bolero Mix 2.0” * Catalina Rivera (Mérida, Badajoz) * J. Seafree (Madrid) * Juan Pardo Vidal (Almería) * Felipe Zapico (León) * Antonio Castaño (Cádiz) * Musotros de Museo de Arte Extemporáneo (Elche, Alicante) “No es una crisis, es que ya no te quiero”

SÁBADO 5 de mayo
10:00h.Teatro del Mar
*Cultura Indigente (Madrid) Ana Aneiros “Cultura Indigente: de los comienzos a su refundación”
*Escuela de Escritura (Utebo, Zaragoza) “La formación literaria a distancia”
*Factoría del Barco (Sevilla) Pablo del Barco “Una revista de poesía visual”
*Cangrejo Pistolero (Sevilla) Antonio García Villarán y Nuria Mezquita de Haro “La edición digital independiente: ebooks e ibooks de última generación”
*Revista Laurel (Escacena , Huelva) M. Lucas González Toro “Laurel nº 18: Alajá”
*Revista de Letras (Barcelona) Albert Lladó “Escuela de periodismo cultural online” 
 
12:30h. Teatro del Mar
*Librodeartista.info ediciones (Córdoba) Antonio Damián “Ley de erradicación de la vida desatenta”
*Ebookprofeno (Ciudad Real) Sol Kabañas “Editoriales piratas: el lucro son nuestros autores”
*El Costurero de Aracne (Granada) Francisco Aliseda “El Costurero de Aracne de los Pueblos”

17:00h. Teatro del Mar
*Diógenes Internacional (Madrid) José Mayoral “Never esclavo”
*Luz & Cia (Granada) Javier Seco “Truenos, rayos y centellas”
*Editorial Germanía (Valencia) Antonio Orihuela y Eladio Orta “Presentación de la colección Voces del Extremo”
*Luces de Gálibo (Barcelona) Ferrán Fernández “Presentación de la novela gráfica Pessoa & Cia, de Laura Pérez Vernetti”
*Cuadernos del Matemático (Getafe, Madrid) Matías Muñoz Borja “La subordinación adjetiva y otras
*Ediciones y Revista Morbo (San Francisco de Campeche, México) Bercy Domínguez Nárez “La revista Morbo, entre lo regional, nacional y global”

19:30h. Teatro del Mar
*La Wevera (Mérida, Badajoz) Catalina Rivera “Presentación de los números 8 y 9 de la revista ensamblada La Wevera”
*La Peluquería Ilustrada (Caracas, Venezuela) Dakmar Hernández “La peluquería ilustrada: espacio de difusión y promoción de la literatura en Venezuela”
*Labolsa (Don Alvaro, Badajoz) Koke Vega “Labolsa:briefind”
*Rumorvisual (Cáceres) Santiago Tobar y Diana Jabato “Presentación de la colección Me Pirra y de la revista digital Gatos y Mangurrias”

23:00h. El Casino Recitales, performances y microconciertos
1ª Parte: José Blanco de Metamorfosis (Barakaldo, Bizkaia) “En busca de la gracia perdida” *Antonio Gómez (Mérida, Badajoz) “Todas las islas lejos” * * Ana Aneiros (Madrid) * Larissa Lay (Canadá) * “Mujeres en su tinta”: Pilar González España (Madrid) - Isabel Bono (Málaga) - Begoña Abad (Logroño) - Inma Luna (Madrid) – Carmen Camacho (Jaén) * Eva Vaz (Isla Cristina, Huelva) – Josefa Parra (Jérez de la Frontera, Cádiz)

2ª Parte: Elma Murrugarra (Lima, Perú) “como una cantuta al sur” * Víctor Manuel Jiménez (Cáceres) * María Carvajal (Caceres) * Sidharta Ochoa (Tijuana, México) * Rafael Dionisio (Cascais, Portugal) “cadernos de fausto” * Eladio Orta (Isla Canela, Huelva) * Koke Vega de Labolsa (Don Alvaro, Badajoz) “Pijama party” * Bruno Vilao, Gonçalo Mattos y Manuel Almeida e Sousa (Cascais, Portugal)“O acto” * Antonio Orihuela, Isaías Griñolo y el Niño de Elche de Voces del Extremo (Moguer, Huelva) “Estaban tan hechos a perder”